domingo, 5 de fevereiro de 2012

Quizá hayan muerto las flores.
Pero no el agua que las pueden alimentar.
Las ganas que tengo de sanarlas
de darles otra vez un color rojo, amarillo, 
todos los colores.
Los de la nostalgia, de lo lejos que a veces me siento
de lo cerca que estoy.

Aquí muchos espinos están alrededor,
el tiempo es corto
y me falta mucha cosa
Espacio físico y virtual, 
cama, mi particularidad.
Algo muy importante, creo que aprendo ahora,
que se puede vivir con muy poco, pero con esperanza y felicidad.
Lo suficiente es creer que más allá de las nubes que están arriba
el sol brilla fuerte,
el mismo sol que puede quemar tu rostro pronto, en tu primavera griz.


La primavera llega y con ella las flores.
Por eso se escribe, porque se cree que las flores no mueren.

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